sábado, 28 de marzo de 2015

EN EL CRUCIFICADO VEMOS A LOS CRUCIFICADOS DE HOY


Iniciamos la Semana Santa con el Domingo de la Pasión del Señor, o Domingo de Ramos. En estos días contemplaremos a Jesús que lo da todo por el Reino de Dios, por la humanidad sufriente, por ti y por mí. El Señor recorre el camino del Calvario como consecuencia de una vida entregada al amor, al servicio de los pobres, de los enfermos, los pecadores, de los últimos. Queriendo dar a conocer el Rostro de Dios, Jesús fue rechazado y perseguido por quienes tenían otro concepto de Dios; fue perseguido y hostigado hasta la muerte en Cruz.

Dice José Antonio Pagola: "Ciertamente, Jesús no es un suicida. No busca la crucifixión. nunca quiso el sufrimiento ni para los demás ni para él. Toda su vida se había dedicado a combatirlo allí donde lo encontraba: en la enfermedad, en las injusticias, en el pecado o en la desesperanza. Por eso no corre ahora tras la muerte, pero tampoco se echa para atrás".

No, Jesús no es un suicida, él es amante de Dios y de la humanidad que sufre y que necesita salvación integral, y por ese amor que siente acepta la condena que le confieren las autoridades religiosas y políticas que no lo comprendieron. Nada está perdido: de lo que parece ser un fracaso brota la Vida, la salvación, la alegría, la liberación del mal. El suplicio de Jesús en la Cruz es nuestra sanación. Don del Padre.

Vivamos esta Semana Santa con sentimientos de gratitud. Contemplemos al Crucificado y, en Él, a los crucificados de hoy: a los pobres, los familiares de desaparecidos, los emigrantes, las víctimas de la Trata de Personas, los desempleados, las personas en situación de calle, etc. Estos crucificados de nuestra sociedad esperan también días de vida, de resurrección.

¡Buena Semana Santa a todas y todos!

domingo, 22 de marzo de 2015

UN MÁRTIR QUE NOS ENSEÑA A SER CRISTIANOS

Este fin de semana iniciará en muchos países, especialmente en América Latina, las celebraciones que conmemoran el 35 aniversario del asesinato del arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 y que será beatificado el 23 de mayo .
Oscar Arnulfo Romero nació en Ciudad Barrios, departamento de San Miguel, el 15 de agosto de 1917, día de la Asunción de la Virgen María. Su familia era humilde y con un tipo modesto de vida. En el transcurso de su infancia, en ocasión de una ordenación sacerdotal a la que asistió, Oscar habló con el padre que acompañaba al recién ordenado y le manifestó sus grandes deseos de hacerse sacerdote. Su deseo se convirtió en una realidad, ingresó al Seminario Menor de San Miguel y a pesar de las desavenencias económicas que pasaba la familia para mantenerlo en el seminario, Oscar avanzó en su idea de entregar su vida al servicio de Dios y del pueblo.

Estudió con los padres Claretianos en el Seminario Menor de San Miguel desde 1931 y posteriormente con los padres Jesuitas en el Seminario San José de la Montaña hasta 1937. En el tiempo que estalló la II Guerra Mundial, fue elegido para ir a estudiar a Roma y completar su formación sacerdotal. Fue ordenado sacerdote a la edad de 25 años en Roma, el 4 de abril de 1942. Regresó al país en agosto de 1943.
El padre Romero era un sacerdote sumamente caritativo y entregado. Dada su amplia labor sacerdotal fue elegido Secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador y ocupó el mismo cargo en el Secretariado Episcopal de América Central.
El 25 de abril de 1970, la Iglesia lo llamó a proseguir su camino pastoral elevándolo al ministerio episcopal como Obispo Auxiliar de San Salvador, que tenía a Mons. Luis Chávez y González como Arzobispo y como Auxiliar a Mons. Arturo Rivera Damas. Con ellos compartiría su desafío pastoral y en el día de su ordenación episcopal dejaba claro el lema de toda su vida: “Sentir con la Iglesia”. 
Esos años como Auxiliar fueron muy difíciles para Monseñor Romero. No se adaptaba a algunas líneas pastorales que se impulsaban en la Arquidiócesis y además lo aturdía el difícil ambiente que se respiraba en la capital. También fue nombrado director del semanario Orientación, y le dio al periódico un giro notablemente clerical. Este “giro” le fue muy criticado por algunos sectores dentro de la misma Iglesia, considerándolo un “periódico sin opinión”.
En El Salvador la situación de violencia avanzaba, con ello la Iglesia se edificaba en contra de esa situación de dolor, por tal motivo la persecución a la Iglesia en todos sus sentidos comenzó a cobrar vida. Luego de muchos conflictos en la Arquidiócesis, la sede vacante de la Diócesis de Santiago de María fue su nuevo camino. El 15 de octubre de 1974 fue nombrado obispo de esa Diócesis y el 14 de diciembre tomó posesión de la misma. Monseñor Romero se hizo cargo de la Diócesis más joven de El Salvador en ese tiempo.
En junio de 1975 se produjo el suceso de “Las Tres Calles”, donde un grupo de campesinos que regresaban de un acto litúrgico fue asesinado sin compasión alguna, incluso a criaturas inocentes.  El informe oficial hablaba de supuestos subversivos que estaban armados; las ‘armas’ no eran más que las biblias que los campesinos portaban bajos sus brazos. En ese momento, los sacerdotes de la Diócesis, sobre todos los jóvenes, pidieron a Monseñor Romero que hiciera una denuncia pública sobre el hecho y que acusara a las autoridades militares del siniestro. Poco a poco comenzó a enfrentarse a la dura realidad de la injusticia social.
En medio de ese ambiente de injusticia, violencia y temor, Mons. Romero fue nombrado Arzobispo de San Salvador el 3 de febrero de 1977 y tomó posesión el 22 del mismo mes, en una ceremonia muy sencilla. Tenía 59 años de edad y su nombramiento fue para muchos una gran sorpresa, el seguro candidato a la Arquidiócesis era el auxiliar por más de dieciocho años en la misma, Mons. Arturo Rivera Damas: “la lógica de Dios desconcierta a los hombres”.

El 12 de marzo de 1977, se dio la triste noticia del asesinato del padre Rutilio Grande, un sacerdote amplio, consciente, activo y sobre todo comprometido con la fe de su pueblo. La muerte de un amigo duele, Rutilio fue un buen amigo para Monseñor Romero y su muerte le dolió mucho: “un mártir dio vida a otro mártir”. 

Su opción comenzó a dar frutos en la Arquidiócesis, el clero se unió en torno al Arzobispo, los fieles sintieron el llamado y la protección de una Iglesia que les pertenecía, la “fe” de los hombres se volvió en el arma que desafiaría las cobardes armas del terror. En el transcurso de su ministerio Arzobispal, Mons. Romero se convirtió en un implacable protector de la dignidad de los seres humanos, sobre todo de los más desposeídos; esto lo llevaba a emprender una actitud de denuncia contra la violencia, y sobre todo a enfrentar cara a cara a los regímenes del mal.

Sus homilías se convirtieron en una cita obligatoria de todo el país cada domingo. Desde el púlpito iluminaba a la luz del Evangelio los acontecimientos del país y ofrecía rayos de esperanza para cambiar esa estructura de terror. 
Los primeros conflictos de Monseñor Romero surgieron a raíz de las marcadas oposiciones que su pastoral encontraba en los sectores económicamente poderosos del país y unido a ellos, toda la estructura gubernamental que alimentaba esa institucionalidad de la violencia en la sociedad salvadoreña, sumado a ello, el descontento de las nacientes organizaciones político-militares de izquierda, quienes fueron duramente criticados por Mons. Romero en varias ocasiones por sus actitudes de idolatrización y su empeño en conducir al país hacia una revolución.
A raíz de su actitud de denuncia, Mons. Romero comenzó a sufrir una campaña extremadamente agobiante contra su ministerio arzobispal, su opción pastoral y su personalidad misma. La “Iglesia Perseguida en El Salvador” se convirtió en signo de vida y martirio en el pueblo de Dios.
Este calvario que recorría la Iglesia ya había dejado rasgos en la misma, luego del asesinato del padre Rutilio Grande, se sucedieron otros asesinatos más. Fueron asesinados los sacerdotes Alfonso Navarro y su amiguito Luisito Torres, luego fue asesinado el padre Ernesto Barrera, posteriormente fue asesinado, en un centro de retiros, el padre Octavio Ortiz y cuatro jóvenes más. Por último fueron asesinados los padres Rafael Palacios y Alirio Napoleón Macías. La Iglesia sintió en carne propia el odio irascible de la violencia que se había desatado en el país.

Resultaba difícil entender en el ambiente salvadoreño que un hombre tan sencillo y tan tímido como Mons. Romero se convirtiera en un “implacable” defensor de la dignidad humana y que su imagen traspasara las fronteras nacionales por el hecho de ser: “voz de los sin voz”. Muchas de los sectores poderosos y algunos obispos y sacerdotes se encargaron de manchar su nombre, incluso llegando hasta los oídos de las autoridades de Roma. Mons. Romero sufrió mucho esta situación, le dolía la indiferencia o la traición de alguna persona en contra de él. Ya a finales de 1979 Monseñor Romero sabía el inminente peligro que acechaba contra su vida y en muchas ocasiones hizo referencia de ello consciente del temor humano, pero más consciente del temor a Dios a no obedecer la voz que suplicaba interceder por aquellos que no tenían nada más que su fe en Dios: los pobres.

Uno de los hechos que comprobó el inminente peligro que acechaba sobre la vida de Mons. Romero fue el frustrado atentado dinamitero en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en febrero de 1980, el cual hubiera acabado con la vida de Monseñor Romero y de muchos fieles que se encontraban en el recinto de dicha Basílica.
El domingo 23 de marzo de 1980 Mons. Romero pronunció su última homilía, la cual fue considerada por algunos como su sentencia de muerte debido a la dureza de su denuncia: “en nombre de Dios y de este pueblo sufrido... les pido, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, CESE LA REPRESIÓN”. 

El día lunes 24 de marzo de 1980 fue asesinado cuando oficiaba una misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia en la colonia Miramonte de San Salvador. Un disparo hecho por un francotirador impactó en su corazón, momentos antes de la Sagrada Consagración. Al ser asesinado, tenía 62 años de edad. Sus restos mortales descansan en la cripta de la Catedral Metropolitana de San Salvador.
El Papa Francisco aprobó la beatificación de Mons. Oscar Arnulfo Romero por haber sido asesinado por “odio a la fe”.
Monseñor Óscar Arnulfo Romero será beatificado en una ceremonia que se llevará a cabo en El Salvador el próximo 23 de mayo de 2015.


domingo, 15 de marzo de 2015

AÑO SANTO DE LA MISERICORDIA

Durante la celebración penitencial en la basílica vaticana el Papa Francisco anuncia el Año santo de la misericordia- El gran perdón


«He pensado con frecuencia de qué forma la Iglesia puede hacer más evidente su misión de ser testigo de la misericordia. Es un camino que inicia con una conversión espiritual; y tenemos que recorrer este camino. Por eso he decidido convocar un Jubileo extraordinario que tenga en el centro la misericordia de Dios. Será un Año santo de la misericordia». Lo anunció el Papa Francisco el viernes 13 de marzo, por la tarde, segundo aniversario de su elección al Pontificado, durante la celebración penitencial presidida en la basílica de San Pedro.
También este año, la víspera del cuarto domingo de Cuaresma, nos hemos reunido para celebrar la liturgia penitencial. Estamos unidos a muchos cristianos que hoy, en todas las partes del mundo, han acogido la invitación de vivir este momento como signo de la bondad del Señor. El sacramento de la Reconciliación, en efecto, permite acercarnos con confianza al Padre para tener la certeza de su perdón. Él es verdaderamente «rico en misericordia» y la extiende en abundancia sobre quienes recurren a Él con corazón sincero.
Estar aquí para experimentar su amor, en cualquier caso, es ante todo fruto de su gracia. Como nos ha recordado el apóstol Pablo, Dios nunca deja de mostrar la riqueza de su misericordia a lo largo de los siglos. La transformación del corazón que nos lleva a confesar nuestros pecados es «don de Dios». Nosotros solos no podemos. Poder confesar nuestros pecados es un don de Dios, es un regalo, es «obra suya» (cf. Ef 2, 8-10). Ser tocados con ternura por su mano y plasmados por su gracia nos permite, por lo tanto, acercarnos al sacerdote sin temor por nuestras culpas, pero con la certeza de ser acogidos por él en nombre de Dios y comprendidos a pesar de nuestras miserias; e incluso sin tener un abogado defensor: tenemos sólo uno, que dio su vida por nuestros pecados. Es Él quien, con el Padre, nos defiende siempre. Al salir del confesionario, percibiremos su fuerza que nos vuelve a dar vida y restituye el entusiasmo de la fe. Después de la confesión renacemos.
Queridos hermanos y hermanas, he pensado con frecuencia de qué forma la Iglesia puede hacer más evidente su misión de ser testigo de la misericordia. Es un camino que inicia con una conversión espiritual; y tenemos que recorrer este camino. Por eso he decidido convocar un Jubileo extraordinario que tenga en el centro la misericordia de Dios. Será un Año santo de la misericordia. Lo queremos vivir a la luz de la Palabra del Señor: «Sed misericordiosos como el Padre» (cf. Lc 6, 36). Esto especialmente para los confesores: ¡mucha misericordia!
Este Año santo iniciará en la próxima solemnidad de la Inmaculada Concepción y se concluirá el 20 de noviembre de 2016, domingo de Nuestro Señor Jesucristo Rey del universo y rostro vivo de la misericordia del Padre. Encomiendo la organización de este Jubileo al Consejo pontificio para la promoción de la nueva evangelización, para que pueda animarlo como una nueva etapa del camino de la Iglesia en su misión de llevar a cada persona el Evangelio de la misericordia.
Estoy convencido de que toda la Iglesia, que tiene una gran necesidad de recibir misericordia, porque somos pecadores, podrá encontrar en este Jubileo la alegría para redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos estamos llamados a dar consuelo a cada hombre y a cada mujer de nuestro tiempo. No olvidemos que Dios perdona todo, y Dios perdona siempre. No nos cansemos de pedir perdón. Encomendemos desde ahora este Año a la Madre de la misericordia, para que dirija su mirada sobre nosotros y vele sobre nuestro camino: nuestro camino penitencial, nuestro camino con el corazón abierto, durante un año, para recibir la indulgencia de Dios, para recibir la misericordia de Dios.

FORO SOCIAL MUNDIAL, TUNEZ 2015


QUÉ ES EL FORO SOCIAL MUNDIAL:
El Foro Social Mundial es un espacio abierto de encuentro para:
intensificar la reflexión,
realizar un debate democrático de ideas,
elaborar propuestas,
establecer un libre intercambio de experiencias
Articular acciones eficaces por parte de las entidades y los movimientos de la sociedad civil que se opongan al neoliberalismo y al dominio del mundo por el capital o por cualquier forma de imperialismo y,
empeñados en la construcción de una sociedad planetaria orientada hacia una relación fecunda entre los seres humanos y de estos con la Tierra.

El Foro Social Mundial es un espacio plural y diversificado, no confesional, no gubernamental y no partidario, que articula de manera descentralizada y en red a entidades y movimientos que estén involucrados en acciones concretas por la construcción de un mundo diferente, local o internacional.

El Foro Social Mundial, como espacio de debates, es un movimiento de ideas que  estimula la reflexión y la divulgación transparente de los resultados de esa reflexión sobre los mecanismos e instrumentos de dominio del capital, sobre los medios y las acciones de resistencia y de superación de ese dominio, sobre las alternativas propuestas para solucionar los problemas de exclusión y desigualdad social que están siendo creados, tanto internacionalmente como en el interior de los países, por el proceso de globalización capitalista, con sus dimensiones racistas, sexistas y destructivas del medio ambiente.

QUIEN LO PROMUEVE

Hay un colectivo responsable por la oficina del FSM en Sao Paulo (Brasil), que apoya y da respaldo al proceso FSM, al CI y a los comités organizadores de los eventos anuales del FSM. También existe una oficina que funciona en la India.
El Foro Social Mundial tomó cuerpo y espacio, justo en un momento en el cual la globalización neoliberal intentaba legitimarse como el destino irreversible y natural de la humanidad…
A inicios del siglo XXI, fecha de nacimiento del Foro Social Mundial, globalización y neoliberalismo se habían acuñado no sólo como conceptos interreferidos e indisociables, sino como la matriz irrebatible para cualquier iniciativa de intercambio internacional, colocando al mercado total como hilo conductor, fin en sí y utopía absoluta.
Así surgió la propuesta de que “Otro Mundo es Posible” fecundó un proceso de interrelación policroma, de apertura de vías para el pensamiento.

HISTORIA DE LOS FORUM SOCIAL MUNDIAL
2001                       PORTO ALEGRE (BRASIL)
2003                       PORTO ALEGRE (BRASIL)
2004                       MUMBAI (INDIA)
2006                       PORTO ALEGRE (BRASIL)
2007                       NAIROBI (KENYA)
2009                       BELEN DO PARA’ (BRASIL)
2011                       DAKAR  (SENEGAL)
2013                       TUNEZ  (REPUBLICA TUNECINA)
2015                TUNEZ  (REPUBLICA TUNECINA)

Espacios temáticos
- Afirmando y defendiendo los bienes  comunes de la Tierra y de los pueblos –
  Como alternativa a la mercantilización y al control de las transnacionales
- Artes y creación: construyendo las culturas de resistencias de los pueblos
- Comunicación: prácticas contra-hegemónicas, derechos y alternativas
- Defendiendo las diversidades, la pluralidad y las identidades
- Derechos humanos y dignidad para un mundo justo e igualitario
- Economías soberanas por y para los pueblos – Contra el capitalismo neoliberal
- Ética, cosmovisiones y espiritualidades – Resistencias y desafíos para un nuevo mundo

Luchas sociales y alternativas democráticas
 – Contra  la dominación neoliberal
- Paz, desmilitarización y lucha contra la guerra, el libre comercio y la deuda
- Pensamiento autónomo, reapropiación y socialización de los saberes y tecnologías
- Hacia la construcción de un orden democrático internacional y la integración de los pueblos
- Trafico de Seres Humanos
-  Reivindicación de las tierras “Land grabbing”
-  Dialogo ecuménico e interreligioso
-  Situación de los indígenas 
-  Migración


Ejes transversales:
- Emancipación social y dimensión política de las luchas
- Lucha contra el capitalismo patriarcal
- Lucha contra el racismo y otras formas de exclusión basadas en la ascendencia
- Género
- Diversidades


FORO SOCIAL EN TUNEZ 2013
Entre el 26 y 30 de marzo tuvo lugar el Foro Social Mundial en la ciudad de Túnez. Se inscribieron cerca de 50.000 personas y 4.000 organizaciones, la mayor parte del país organizador y otros cercanos hasta sumar 127 nacionalidades distintas. Por continentes, después de África, la mayor parte de los activistas venía de Europa, sobre todo, desde Francia e Italia; y luego de América y Asia. Durante tres días se realizaron 1.000 talleres.
Todas las actividades, se realizaron  en la Universidad de Al Manar.

El lema de las acreditaciones y bolsas de los foreros era: Dignidad, Karama en árabe, palabra escrita en varios idiomas.
Pese a ser conocidas sus características, el Foro sorprendía. No sólo por su tamaño. Si no por su amalgama de stands, actividades y personas distintas y a veces, contradictorias. Desde charlas muy globales a talleres muy locales; desde un intento de unificar movimientos sociales al margen de los partidos políticos a la presencia de alguno de ellos en actividades paralelas o el propio foro; desde grandes ONGs como Oxfam o Caritas a colectivos y redes sociales de ámbito mundial, regional o local, como la Marcha Mundial de Mujeres o Vía Campesina.
Un foro muy árabe. Fue el primero organizado en un país árabe. En las reuniones previas se debatió si elegir El Cairo o Túnez como sede, y finalmente se decidió hacerlo en el país.
Palestina en el corazón. Situada en el centro de las preocupaciones, como pegamento del magma difuso de grupos y personas muy distintas. Como una causa muy popular en todo el mundo árabe.
***Como Ente Cristiano- Católico y Misionero la Familia Comboniana tuvo su participación activa en el Foro Social Mundial de Túnez con diferentes temáticas:
Beduinos en el West Bank – entre  tradición y ocupación; *Acaparamiento de tierras y justicia ambiental;
*Paz-Reconciliación y dialogo intercultural y religioso;
*Sociedad civil y fuerza de policía – juntos  para construir la paz, un *programa para Uganda;
*De la tortura a la detención – las experiencias de los refugiados Africanos en Sudan, Egipto e Israel;
*Vivir en los suburbios–injusticia humana  y ambiental; 
*Mujeres por la paz– un acercamiento  interreligioso para implementar   la paz en Sur Sudan.
*Diálogo interreligioso
FORO SOCIAL MUNDIAL NUEVAMENTE EN TUNEZ del 24.28 Marzo 2015
La primavera árabe vive una cierta frustración y retroceso.. “Es necesario aumentar el nivel de conciencia de los ciudadanos para movilizar más en contra de las injusticias, de las desigualdades y en favor de la libertad y la dignidad de nuestros pueblos”. Por este motivo se hizo el apelo de realizarlo nuevamente en Túnez.