miércoles, 30 de septiembre de 2015

NUEVO CONSEJO GENERAL DE LOS MISIONEROS COMBONIANOS DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS

    “No tengo más que una vida para consagrarla a la salvación de estas almas; quisiera tener mil para consagrarlas a este fin”.  (S. Daniel Comboni)

En Roma, Italia  se esta llevando a cabo el Capitulo General de los Misioneros Combonianos del Sagrado Corazón de Jesús.  Hoy ha elegido el nuevo Consejo General formado por: P. Tesfaye Tadesse Gebresilasie Superior General y los Consejeros: P. Jeremias dos Santos Martins, P. Rogelio Bustos Juárez, , P. Pietro Ciuciulla, y el hermano Alberto Lamana Cónsola.
Les felicitamos y deseamos que la pasión que movió a nuestro fundador San Daniel Comboni vibre en cada uno llevando la alegría de la Buena Noticia a todas las naciones.

lunes, 28 de septiembre de 2015

VIAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO A ESTADOS UNIDOS

FILADELFIA, 27 Sep. 15 / 06:38 pm (ACI).- Luego de un maratónico viaje –el más largo de su pontificado– que lo llevó a varias ciudades de Cuba y Estados Unidos en donde pronunció 26 discursos y homilías, el Papa Francisco partió hoy de regreso a Roma adonde llegará en la mañana del lunes 28 de septiembre por la mañana.

Antes de partir, el Santo Padre se encontró con el comité organizador del Encuentro Mundial de las Familias Filadelfia 2015, presidido por el Arzobispo estadounidense, Mons. Charles Chaput.
En sus palabras el Papa dijo que estos días han sido “de mucha gracia y pido al Señor que también lo hayan sido para ustedes. Quiero que sepan que, ahora que me preparo para partir, lo hago con el corazón lleno de gratitud y esperanza”.

El Pontífice agradeció a las autoridades civiles y locales de Filadelfia y dio las gracias “también a las familias que han compartido su testimonio durante el Encuentro. ¡No es nada fácil hablar abiertamente de la propia vida! Sin embargo, su sinceridad y humildad ante el Señor y ante cada uno de nosotros nos han hecho ver la belleza de la vida familiar en toda su riqueza y variedad”.
“Pido al Señor que estos días de oración y reflexión sobre la importancia de la familia para una sociedad sana, animará a las familias a seguir esforzándose en el camino de la santidad y a ver a la Iglesia como su segura compañera de camino, independientemente de los desafíos que tengan que afrontar”, exhortó.

El Papa también resaltó la importancia de haber canonizado en Washington a Junípero Serra, quien recuerda la importancia de ser "discípulos y misioneros" del Señor.
Francisco también se refirió a la oración interreligiosa en el Ground Zero en Nueva York, donde fue el atentado de las torres gemelas y subrayó que “tenemos la certeza de que el mal no tiene nunca la última palabra y de que, en el plan misericordioso de Dios, el amor y la paz triunfarán sobre todo”.
El Santo Padre agradeció también al vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden y exhortó a las autoridades a que sean “administradores buenos y generosos de los recursos humanos y materiales que les han sido confiados”.

Antes de concluir, Francisco exhortó a no dejar que se apague el entusiasmo “por Jesús, por la Iglesia, por nuestras familias y por la familia más amplia de la sociedad (…). Quiera Dios que estos días que hemos compartido produzcan frutos abundantes y permanentes”.
Tras pedir, como siempre suele hacer, que recen por él, el Papa concluyó: “¡Que Dios bendiga a América!”
Tras su discurso a las autoridades el Papa se tomó unos minutos para saludar personalmente a diversas personas y familias presentes en el aeropuerto, para luego dirigirse en el pequeño auto fiat hasta el avión de American Airlines en donde fue despedido por un grupo de obispos y autoridades locales.

En este viaje internacional, el Papa visitó las ciudades de La Habana, Holguín y Santiago de Cuba; mientras que en Estados Unidos llegó a las ciudades de Washington D.C., Nueva York y Filadelfia.
Entre los hitos más importantes de este viaje estuvieron el encuentro del Pontífice con Fidel Castro en Cuba, su visita al santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba.
En Estados Unidos, el Papa visitó al Presidente Barack Obama en la Casa Blanca, canonizó al fraile franciscano Junípero Serra, rezó en el Ground Zero, pronunció dos discursos considerados históricos: uno en el Congreso de Estados Unidos   y otro en la sede de la ONU en Nueva York. 

En Filadelfia participó de los principales eventos del Encuentro Mundial de las Familias, principal objetivo del viaje que acaba de concluir.  (http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/september/documents/papa-francesco_20150926_usa-festa-famiglie.html) 

VIAJE DEL PAPA A CUBA

Lema de la Visita del Papa Francisco a Cuba: “Misionero de la Misericordia”

10 momentos “revolucionarios” de ternura y misericordia de la visita papal a Cuba

Por María Ximena Rondón
(ACI PRENSA)

LA HABANA, 23 Sep. 15 / 08:55 pm (ACI).- En solo cuatro días, el Papa Francisco dejó una profunda huella de esperanza en la Isla. Los cubanos se dejaron conquistar por el primer Pontífice latinoamericano que hizo vida el lema de su visita: “Misionero de la Misericordia” y que los desafió a emprender una “revolución de la ternura”.
Solo amor para los niños

Desde su llegada la Isla, el Papa Francisco regaló afecto a todos los niños que tuvo cerca y no dudó en hacerse cercano a ellos.

El lunes 21, durante la bendición de la ciudad de Holguín desde la Loma de la Cruz, apreció con cariño al coro de 32 niños, provenientes de distintas agrupaciones corales de la provincia, que lo recibió cantando una de las canciones favoritas del Papa: el Himno de la Alegría, mientras ondeaban banderas cubanas y estaban vestidos con los colores del Vaticano. Este fue el mismo coro que lo recibió en el aeropuerto de esta ciudad y estuvo bajo la dirección de José Marcelino Aldana Popa.
Cuando terminaron de cantar, el Papa encantado les dijo: “felicito al coro, los felicito, cantan muy bien y no se olviden de rezar por mí”.

Después de recibir la bendición, los pequeños también entonaron un canto compuesto por el poeta cubano José Martí y terminaron con una canción titulada “Los niños por la paz”, en honor a la celebración del Día Mundial de la Paz.



sábado, 19 de septiembre de 2015

DOMUND 2015

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES

Queridos hermanos y hermanas:



La Jornada Mundial de las Misiones 2015 tiene lugar en el contexto del Año de la Vida Consagrada, y recibe de ello un estímulo para la oración y la reflexión. De hecho, si todo bautizado está llamado a dar testimonio del Señor Jesús proclamando la fe que ha recibido como un don, esto es particularmente válido para la persona consagrada, porque entre la vida consagrada y la misión subsiste un fuerte vínculo. El seguimiento de Jesús, que ha dado lugar a la aparición de la vida consagrada en la Iglesia, responde a la llamada a tomar la cruz e ir tras él, a imitar su dedicación al Padre y sus gestos de servicio y de amor, a perder la vida para encontrarla. Y dado que toda la existencia de Cristo tiene un carácter misionero, los hombres y las mujeres que le siguen más de cerca asumen plenamente este mismo carácter.

La dimensión misionera, al pertenecer a la naturaleza misma de la Iglesia, es también intrínseca a toda forma de vida consagrada, y no puede ser descuidada sin que deje un vacío que desfigure el carisma. La misión no es proselitismo o mera estrategia; la misión es parte de la “gramática” de la fe, es algo imprescindible para aquellos que escuchan la voz del Espíritu que susurra “ven” y “ve”. Quién sigue a Cristo se convierte necesariamente en misionero, y sabe que Jesús «camina con él, habla con él, respira con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 266).

La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, es una pasión por su pueblo. Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos todo su amor que nos dignifica y nos sostiene; y en ese mismo momento percibimos que ese amor, que nace de su corazón traspasado, se extiende a todo el pueblo de Dios y a la humanidad entera. Así redescubrimos que él nos quiere tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado (cf. ibíd., 268) y de todos aquellos que lo buscan con corazón sincero. En el mandato de Jesús: “id” están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia. En ella todos están llamados a anunciar el Evangelio a través del testimonio de la vida; y de forma  especial se pide a los consagrados que escuchen la voz del Espíritu, que los llama a ir a las grandes periferias de la misión, entre las personas a las que aún no ha llegado el Evangelio.

El quincuagésimo aniversario del Decreto conciliar Ad gentes nos invita a releer y meditar este documento que suscitó un fuerte impulso misionero en los Institutos de Vida Consagrada. En las comunidades contemplativas retomó luz y elocuencia la figura de santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, como inspiradora del vínculo íntimo de la vida contemplativa con la misión.

Para muchas congregaciones religiosas de vida activa el anhelo misionero que surgió del Concilio Vaticano II se puso en marcha con una apertura extraordinaria a la misión ad gentes, a menudo acompañada por la acogida de hermanos y hermanas provenientes de tierras y culturas encontradas durante la evangelización, por lo que hoy en día se puede hablar de una interculturalidad generalizada en la vida consagrada. Precisamente por esta razón, es urgente volver a proponer el ideal de la misión en su centro: Jesucristo, y en su exigencia: la donación total de sí mismo a la proclamación del Evangelio. No puede haber ninguna concesión sobre esto: quién, por la gracia de Dios, recibe la misión, está llamado a vivir la misión. Para estas personas, el anuncio de Cristo, en las diversas periferias del mundo, se convierte en la manera de vivir el seguimiento de él y recompensa los muchos esfuerzos  y privaciones. Cualquier tendencia a desviarse de esta vocación, aunque sea acompañada por nobles motivos relacionados con la muchas necesidades pastorales, eclesiales o humanitarias, no está en consonancia con el llamamiento personal del Señor al servicio del Evangelio. En los Institutos misioneros los formadores están llamados tanto a indicar clara y honestamente esta perspectiva de vida y de acción como a actuar con autoridad en el discernimiento de las vocaciones misioneras auténticas. Me dirijo especialmente a los jóvenes, que siguen siendo capaces de dar testimonios valientes y de realizar hazañas generosas a veces contra corriente: no dejéis que os roben el sueño de una misión auténtica, de un seguimiento de Jesús que implique la donación total de sí mismo. En el secreto de vuestra conciencia, preguntaos cuál es la razón por la que habéis elegido la vida religiosa misionera y medid la disposición a aceptarla por lo que es: un don de amor al servicio del anuncio del Evangelio, recordando que, antes de ser una necesidad para aquellos que no lo conocen, el anuncio del Evangelio es una necesidad para los que aman al Maestro.

Hoy, la misión se enfrenta al reto de respetar la necesidad de todos los pueblos de partir de sus propias raíces y de salvaguardar los valores de las respectivas culturas. Se trata de conocer y respetar otras tradiciones y sistemas filosóficos, y reconocer a cada pueblo y cultura el derecho de hacerse ayudar por su propia tradición en la inteligencia del misterio de Dios y en la acogida del Evangelio de Jesús, que es luz para las culturas y fuerza transformadora de las mismas.

Dentro de esta compleja dinámica, nos preguntamos: “¿Quiénes son los destinatarios privilegiados del anuncio evangélico?” La respuesta es clara y la encontramos en el mismo Evangelio:  los pobres, los pequeños, los enfermos, aquellos que a menudo son despreciados y olvidados, aquellos que no tienen como pagarte (cf. Lc 14,13-14). La evangelización, dirigida preferentemente a ellos, es signo del Reino que Jesús ha venido a traer: «Existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 48). Esto debe estar claro especialmente para las personas que abrazan la vida consagrada misionera: con el voto de pobreza se escoge seguir a Cristo en esta preferencia suya, no ideológicamente, sino como él, identificándose con los pobres, viviendo como ellos en la precariedad de la vida cotidiana y en la renuncia de todo poder para convertirse en hermanos y hermanas de los últimos, llevándoles el testimonio de la alegría del Evangelio y la expresión de la caridad de Dios.

Para vivir el testimonio cristiano y los signos del amor del Padre entre los pequeños y los pobres, las personas consagradas están llamadas a promover, en el servicio de la misión, la presencia de los fieles laicos. Ya  el Concilio Ecuménico Vaticano II afirmaba: «Los laicos cooperan a la obra de evangelización de la Iglesia y participan de su misión salvífica a la vez como testigos y como instrumentos vivos» (Ad gentes, 41). Es necesario que los misioneros consagrados se abran cada vez con mayor valentía a aquellos que están dispuestos a colaborar con ellos, aunque sea por un tiempo limitado, para una experiencia sobre el terreno. Son hermanos y hermanas que quieren compartir la vocación misionera inherente al Bautismo. Las casas y las estructuras de las misiones son lugares naturales para su acogida y su apoyo humano, espiritual y apostólico.

Las Instituciones y Obras misioneras de la Iglesia están totalmente al servicio de los que no conocen el Evangelio de Jesús. Para lograr eficazmente este objetivo, estas necesitan los carismas y el compromiso misionero de los consagrados, pero también, los consagrados, necesitan una estructura de servicio, expresión de la preocupación del Obispo de Roma para asegurar la koinonía, de forma que la colaboración y la sinergia sean una parte integral del testimonio misionero. Jesús ha puesto la unidad de los discípulos, como condición para que el mundo crea (cf. Jn 17,21). Esta convergencia no equivale a una sumisión jurídico-organizativa a organizaciones institucionales, o a una mortificación de la fantasía del Espíritu que suscita la diversidad, sino que significa dar más eficacia al mensaje del Evangelio y promover aquella unidad de propósito que es también  fruto del Espíritu.
La Obra Misionera del Sucesor de Pedro tiene un horizonte apostólico universal. Por ello también necesita de los múltiples carismas de la vida consagrada, para abordar al vasto horizonte de la evangelización y para poder garantizar una adecuada presencia en las fronteras y territorios alcanzados.

Queridos hermanos y hermanas, la pasión del misionero es el Evangelio. San Pablo podía afirmar: «¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!» (1 Cor 9,16). El Evangelio es fuente de alegría, de liberación y de salvación para todos los hombres. La Iglesia es consciente de este don, por lo tanto, no se cansa de proclamar sin cesar a todos «lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos» (1 Jn 1,1). La misión de los servidores de la Palabra -obispos, sacerdotes, religiosos y laico- es la de poner a todos, sin excepción, en una relación personal con Cristo. En el inmenso campo de la acción misionera de la Iglesia, todo bautizado está llamado a vivir lo mejor posible su compromiso, según su situación personal. Una respuesta generosa a esta vocación universal la pueden ofrecer los consagrados y las consagradas, a través de una intensa vida de oración y de unión con el Señor y con su sacrificio redentor.

Mientras encomiendo a María, Madre de la Iglesia y modelo misionero, a todos aquellos que, ad gentes o en su propio territorio, en todos los estados de vida cooperan al  anuncio del Evangelio, os envío de todo corazón mi Bendición Apostólica.
Vaticano, 24 de mayo de 2015
Solemnidad de Pentecostés

Francisco

Nuevas postulantes combonianas costarricenses

Los matrimonios conformados por Carlos Vargas y Lilliam Alvarado y Edgar Vargas y Lidilia Hernández, desde hace 27 y 29 años, respectivamente, viven hoy la vocación a la que sus hijas les han adherido: la misión. No porque lo pidieran… simplemente, sus hijas escogieron la libre elección de ingresar a la Orden de las Hermanas Combonianas.

Melissa Vargas Alvarado y Marta Vargas Hernández partieron a México el pasado fin de semana al Postulantado. La primera es profesora de inglés, la otra es comunicadora en la rama de relaciones públicas.

Melissa tiene 25 años de edad, Marta 24. Ambas comparten el amor por las misiones y en ambas se genera para sus familias el vacío humano de su ausencia, pero la convicción de que los hijos pertenecen a Dios.


El llamado


Marta lo dice claro: ella no quería ser religiosa. Si bien 2009 marcó el inicio de la inquietud misionera que la llevó a servir a la Juventud Comboniana y de alguna forma driblar su asistencia a la casa de las Hermanas en Granadilla.

Melissa, igual que su compañera del aspirantado desde 2013, tuvo una primera llamada gracias a un sacerdote comboniano…“No me consideraba apta para ser religiosa, tenía mis estereotipos, estaba enamorada de la misión pero pensaba en caminos alternativos para ayudar”,explica Marta, oriunda de Guayabo.

Sus planes eran estudiar… apoyar a los misioneros desde su profesión… tenía una beca al exterior y, fue cuando no pudo decirle no a Dios. Atrás quedaron esos sueños porque no le hacían feliz. “Dios fue respetuoso con mi libertad de decisión, empecé el discernimiento con las Hermanas Combonianas convencida de que no sería religiosa, las hermanas fueron respetuosas”.

Por su lado, Melissa, sí desde pequeña se hacía la idea, además de que su tío, Fray Edwin Alvarado, pertenece a la Orden de Frailes Menores. “Había un cierto deseo, pero nunca había estado en grupos de la Iglesia, Dios me fue llamando y descubrí que no hay mayor libertad que dejarse llevar por el Espíritu de Dios y renunciar a querer controlarlo todo”, destacó quien nació en Hatillo.

Ella aunque trabajó gracias a su profesión, tampoco se sintió a gusto, “eso se siente dentro del corazón”.

Sin miedos

El sí definitivo tras dos años de aspirantado en Granadilla, con experiencias de fines de semana compartiendo con las Hermanas y, en el último año, un mes completo para discernir, se logra gracias a descubrir el amor de Dios, como ellas lo cuentan. Si hubo dudas o miedos, él les ha permitido apartarlos, si hay dolor, él les ha enseñado a sobrellevarlo.

“Desde el mundo, duele, dejar a la familia, a la gente que más queremos, amigos, estudios… dejar la tierra, pero ese saber que Dios nos da a la fuerza y la fortaleza para dejarlo todo y que eso no sea un dolor que uno no pueda soportar.

A la vez, es hacer crecer a la familia, y llevar a la familia a ser partícipe de esta vocación”, expresó Melissa.

Para Marta no fue diferente. “Me duele mucho dejar las personas y también me dolió vencerme a mí misma, vencer el concepto que la sociedad había construido sobre mí y lo que yo había construido sobre mí para entender que soy una persona libre para vivir y feliz para vivir en la plenitud del amor que es el Señor”.

Para ellas la misión es actual, pues San Daniel Comboni va a los abandonados, porque se le llamó Profeta de África y porque lo que dijo se mantiene, porque es urgente y porque lleva la misión de Cristo.  Por eso, para ellas vale la pena la misión.

Tanto Melissa como Marta, que comparten apellido y el gusto por la misión, se sienten alegres porque ambas reciben de Dios ese don, como un regalo, como algo que se les da gratis, para compartir gratis, según explicaron.


“Dios se fija en todos, en distintas vocaciones y las más importante es la vocación a la santidad. A todos nos tiene un bello regalo”, dijo Marta, quien junto a Melissa hacen suyas las palabras de San Daniel Comboni: “Jesús, dándonos la cruz, nos ama”.

Eco Catòlico

BEATIFICACIÓN DE BENEDICT DASWA

El 13 septiembre se celebrará la ceremonia de beatificación de Benedict Daswa, el primer mártir sudafricano reconocido por la iglesia



La iglesia en Sudáfrica se prepara para celebrar el 13 de septiembre la beatificación de Benedict Samuel Tshimangadzo Daswa, martirizado el 2 de febrero de 1990, el primer mártir sudafricano reconocido por la Iglesia. Para la ocasión se ha creado un sitio Internet especial (www.daswabeatification.org.za) en el que se presenta la vita de este católico devoto. En febrero d e1990, tras una serie de fuertes temporales en la zona de su aldea de origen, la población local pensó que estos fenómenos eran debidos a la brujería. El consejo de ancianos decidió consultar a un “curandero” y por eso pidió a los habitantes una contribución individual de 5 Rand para pagar su consulta. 

Benedict respondió que los relámpagos era fenómenos naturales y que su fe católica le impedía ofrecer su contribución para pagar a un brujo, por los que suscitó la ira de muchos habitantes. El 2 de febrero de 1990 el coche en el que viajaba Benedict fue detenido en una emboscada por algunos individuos. Consiguió huir a pie, se escondió en una casa. Pero ante la amenaza de asesinar a la mujer que lo escondía, Benedict se entregó a sus verdugos, confiando su alma al Señor. 

Fue asesinado a cuchilladas y su cuerpo cubierto con agua hirviendo. El 22 de enero, el Santo Padre Francisco ha autorizado a la Congregación para las causas de los Santos a promulgar el decreto que reconoce “el martirio del Siervo de Dios Tshimangadzo Samuele Benedetto Daswa (Bakali), Laico, asesinado por odio a la Fe, el 2 de febrero de 1990, en Mbahe (Sudáfrica)”.La ceremonia de beatificación en presencia de representante del Papa Francisco, Su Eminencia el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, se tendrá el 13 de septiembre en el Santuario Benedict Daswa, en Tshitanini en la Provincia de Limpopo.


Fides

GRACIAS SILVIA

Hasta la última edición 16 de Agosto 2015 de este Blog "Misioneras Combonianas MCRG" la hermana Silvia Flores Alvarado fue la responsable de esta actividad que realizó con una gran pasión misionera. La hermana Silvia partió a la casa del Padre el 30 de agosto 2015.

Le agradecemos infinitamente el servicio realizado y nos confiamos a su intercesión para seguir siendo un instrumento de Animación Misionera para comunicar la alegría de evangelizar.

“Quisiera tener mil vidas para consagrarlas a la misión." (San Daniel Comboni)